IMAGENES DE NUESTROS COMBATIENTES
La Guerra del Cenepa
lunes, 26 de septiembre de 2011
ORO, CAUCHO, PETROLEO Y ESPIRITUS
La Amazonía fue en los siglos coloniales zona periférica en
relación con los centros del poder. La presencia del imperio
español se manifestó allí sobre todo por la obra de los
misioneros de las diversas órdenes religiosas. Llegaron también
hasta esas vastas regiones aventureros en busca de oro. Más
tarde, ya formadas las repúblicas, nuevamente el oro y también el
caucho, la explotación maderera, la agroindustria y el petróleo
han vinculado tierras amazónicas a las sociedades nacionales.
En el Ecuador, el centro norte amazónico, se relacionó
definitivamente desde los años 70 por el petróleo. El sur de
la Amazonía ha mantenido más bien esporádicas conexiones con
la sociedad nacional a través del intercambio comercial, por
la presencia de congregaciones religiosas o una colonización
espontánea, en algunos casos, y dirigida o semidirigida, en otros.
Sin embargo la población que ha habitado tradicionalmente la zona
del Alto Cenepa está conformada por grupos Shuar y Achuar, en
Ecuador, que mantienen raíces etnolingüísticas comunes con
Aguarunas y Guambizas, del Perú. Estos grupos tienen de común el
que viven integrados al ecosistema en donde habitan por siglos,
la selva del alto Amazonas. Los indígenas poseen un amplio
conocimiento de su medio. La naturaleza es parte de la vida
colectiva. Ríos, cascadas, selvas están poblados de espíritus con
los cuales se relacionan en la vida diaria. Esos espíritus son objeto de culto y de ritos ceremoniales.
LA SELVA DE LOS INDIOS
La guerra del Alto Cenepa, en las cinco semanas de duración, se
mantuvo focalizada en una extensión de alrededor de 200
kilómetros cuadrados de selva amazónica. Allí habitan, del lado
ecuatoriano, comunidades Shuar, Achuar, Sionas-Secoyas, Cofanes,
Shiwiar, Huaoranis y Quichuas y, del lado peruano, Aguarunas,
Guambizos y Orejones.
La guerra del Alto Cenepa, en las cinco semanas de duración, se
mantuvo focalizada en una extensión de alrededor de 200
kilómetros cuadrados de selva amazónica. Allí habitan, del lado
ecuatoriano, comunidades Shuar, Achuar, Sionas-Secoyas, Cofanes,
Shiwiar, Huaoranis y Quichuas y, del lado peruano, Aguarunas,
Guambizos y Orejones.
Según el testimonio de la Asociación Latinoamericana de Derechos
Humanos (ALDHU), 11 de las 39 comunidades Shuar-Achuar de las
provincias de Morona Santiago y Pastaza, 21 de las 200
comunidades Shuar-Achuar de la provincia de Zamora Chinchipe,
200 familias Quichuas de la provincia de Pastaza y 600 del
Napo, con unos 8 mil de sus integrantes, resultaron
directamente afectados por los bombardeos.
Próximos a los puestos ecuatorianos de Soldado Monge, Teniente
Ortiz, Etsa, Tiwintza y Coangos se hallan las localidades
indígenas de Kapunka, Katsunas, Peñas, Japekat, Chichis, Tsapa,
Tsuius y Mayalikus. Los pobladores tuvieron que ser evacuados
hacia las riberas del norte del río Santiago."Unos 20 mil
indígenas amazónicos del lado ecuatoriano han sufrido los efectos
de la guerra; muchos de ellos han debido abandonar sus sembrados
y cosechas, internándose en la selva para resguardarse de los
bombardeos", informó la ALDHU desde Montevideo el 27 de
febrero de 1995, cuando todavía no habían cesado las
hostilidades.
Y el mismo informe da cuenta de que, del lado del
Perú, las comunidades de Orejones, Guambizos y Aguarunas,
también fueron perjudicados. "Muchos de ellos fueron
reclutados para tareas de limpieza de campos minados o
protección de las ofensivas peruanas. Muchos de ellos han
muertos en estas operaciones y sus cadáveres inidentificados
han quedado abandonados en la selva", denunció la ALDHU en esa
misma fecha.
domingo, 25 de septiembre de 2011
VIDEOS SOBRE LA GUERRA DEL CENEPA
Ejercito del Ecuador - Guerra del Cenepa
Lo que un peruano nunca te dirá sobre la Guerra del Cenepa:
LA GUERRA DEL CENEPA
La Guerra del Cenepa fue un conflicto bélico localizado dentro de la zona en reclamación, que enfrentó a las fuerzas armadas del Ecuador y Perú durante los meses de enero y febrero de 1995; no hubo declaración formal de guerra entre ambos países, ni llegó a generalizarse por toda la frontera común. Las operaciones militares se sucedieron en territorio correspondiente a la cuenca del Río Cenepa, que es una zona de selva alta de complicado acceso, donde los factores climáticos y logísticos dificultaron los desplazamientos militares.
El conflicto se resolvió con el apoyo de Argentina, Chile, Brasil y EE. UU. (países garantes del Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro del 29 de enero de 1942), y bajo su tutela se pudo terminar el proceso de demarcación, fijando la frontera entre los tramos pendientes comprendidos entre los hitos Cunhime Sur y 20 de Noviembre, y Cusumaza–Bumbuiza y Yaupi–Santiago. Dentro de los lineamientos establecidos por el Protocolo de Río de Janeiro, bajo el fallo arbitral de Braz Días de Aguiar.
En el Acta de Brasilia, tanto Perú como Ecuador, aceptaron la fijación de la frontera pendiente, un tramo de 78 kilómetros, de acuerdo a un dictamen de los Garantes del Protocolo de Rio de Janeiro. Mismo que fue aceptado previamente, y ratificado luego, por los congresos de ambos países.
Así, se estableció la frontera sobre las cumbres de la Cordillera del Cóndor, otorgando a Perú la zona en disputa (incluyendo Tiwinza), a la vez que Perú cedía a Ecuador la propiedad, pero no la soberanía, de un kilómetro cuadrado donde se encuentra Tiwinza (donde están sepultados 14 soldados ecuatorianos). También se firmaron acuerdos de Comercio y Navegación, de Integración Fronteriza y de instalación de una comisión binacional sobre Medidas de Confianza Mutua y Seguridad.
La Guerra del Cenepa fue un conflicto bélico de altas proporciones que dejó en ridículo hasta a las mismísimas Guerras Mundiales[1], debido a que en la misma se enfrentaron las dos más grandes superpotencias económicas, bélicas y culturales del mundo; las mismas que todos conocemos y por lo tanto no es necesario mencionarlas…jajajaja...8 no hacer caso a esto....ya dejen d escribir cosas sin sentido)
Bueno, ustedes saben cuáles son… ¿verdad que sí? ok, se llaman Perú y Ecuador. Por supuesto, conocidísimas a nivel galáctico...[2]
Esta guerra biológico-bacteriológico-nuclear-futbolístico-sexual también pasará a la historia como la primera guerra cuyo final puede ser escogido según el gusto de quien la analice. Puedes escoger la opción “A” donde ganó Ecuador, o la opción “B” donde ganó Perú… ¡mensajea ya!.
Afortunadamente, el tema de buscarle un final unificado es desarrollado de forma muy cultural y respetuosa en civilizados foros entre monos y gallinas… ups, perdón, entre Ecuatorianos de Ecuador y Peruanos del Perú.
América Latina asistió durante las últimos 20 días a una guerra no declarada entre Perú y Ecuador. Desde el 26 de Enero tropas de ambos países se enfrentan por la posesión de un territorio de 348 kilómetros cuadrados ubicados en la Cordillera del Cóndor, localizada en la región amazónica sudamericana. El día 14 de febrero han llegado a un cese temporal de las hostilidades. Las verdaderas causas pareces confusas en medio de la incesante propaganda y el renacido nacionalismo. Lo que queda al final de este sangriento capitulo, son las decenas de jóvenes muertos, los cientos de heridos y unas economías más deterioradas que hace un mes. Los responsables quedan ocultos como siempre tras las frases patrióticas y los intereses obscuros.
La disputa es por la interpretación que ambos países le dan a la aplicación del Tratado de Paz firmado después de la guerra que sostuvieron en 1941. En el Protocolo de Río de Janeiro, se establecían los límites entre el uno y el otro, pero por reclamos ecuatorianos, faltó establecer los hitos demarcatorios en 78 km. de los aproximadamente 1700 km. de frontera. Los sucesivos gobiernos de Quito han venido reclamando que el Perú, le arrebató grandes porciones de territorio amazónico. Han exasperado el chauvinismo en su país y una actitud agresiva hacia su vecino del sur. Según versiones de campesinos de la zona, las Fuerza Armadas del Ecuador instalaron desde inicios de 1994 las bases militares de Cueva de los Tayos, Base Sur y Tiwinsa. Perú inicio las hostilidades el 26 de Enero para desalojar estos puestos militares establecidos en la cabecera del Río Cenepa, con la seguridad de que se encontraban en territorio peruano. Para el gobierno de Lima el Perú termina en la cara oriental de la cadena montañosa del Cóndor, mientras que para los ecuatorianos, su frontera esta dada por el cauce del Río Cenepa a 4 kilómetros dentro de “territorio peruano”.
SUCESOS
Durante estos 20 días se produjeron fuertes combates, con cientos de bajas de ambos ejércitos. El presidente peruano Fujimori, ha informado que sus tropas han terminado de desalojar a los “invasores”, hasta la vertiente occidental de la Cordillera del Cóndor. Los combates fueron cuerpo a cuerpo con apoyo de la aviación y la artillería. Se luchó en un clima que recuerda las espesas e inhóspitas selvas de Vietnam bajo un calor de 35 grados.
La pregunta que todos se hacen, ¿es que provoca esta guerra no declarada entre dos países con tantas cosas en común?. Si nos remontamos a su pasado prehispanico, el antiguo Imperio Incaico fue conquistado por los españoles que aprovecharon la guerra civil entre los quiteños encabezados por Atahúalpa y los cusqueños liderados por Húascar, ambos hijos del Inca Huayna Capac. Como en aquel entonces nadie ganó al final, pero ayudaron sin saberlo a la brutal historia de conquista y coloniaje, que prolonga aún sus consecuencias en la extrema pobreza y el subdesarrollado de estos países andinos. El 70% de la población es pobre como promedio y tienen una tasa de mortandad infantil de 55 por 1000 en Ecuador y de 81 por 1000 en Perú.
“LAS DEMOCRACIAS REALMENTE EXISTENTES”
Perú está gobernado por una alianza entre el presidente Alberto Fujimori Fujimori, los altos mandos militares y un poderoso Servicio de Inteligencia. Sus Fuerzas Armadas tienen un presupuesto reconocido de unos 1,875 millones de dólares que representan el 20% del presupuesto total de país. En los últimos meses se hizo pública una serie de documentos y testimonios que probarían las relaciones entre altos jefes y oficiales militares con el narcotrafico. Vinculaciones que llegarían hasta el mismo Comando Conjunto y el Ministerio de Defensa. Por otro lado este país andino está a escasos dos meses de las elecciones presidenciales y parlamentarias. Todos los sondeos previos a la guerra, daban como ganador al presidente Fujimori, pero mostraban que no lo haría en la primera vuelta y estaría en minoría en el próximo parlamento. Recordemos que Fujimori dio un golpe de estado con el apoyo de los militares en 1992, para hacerse totalmente del poder. Convocó a nuevas elecciones parlamentarias que ganó ajustadamente e hizo aprobar una nueva constitución en un discutido referéndum con el apoyo de solo la tercera parte de los votantes. La economía peruana se ha estabilizado al precio de aumentar dramáticamente los índices de pobreza y las diferencias sociales. La mayoría de la empresas públicas están siendo vendidas en oferta en el marco de un estricto programa de tipo neo-liberal. El principal objetivo de Fujimori y los militares es lograr la reelección presidencial. Su mayor mérito fue la derrota de la sanguinaria guerrilla de Sendero Luminoso, una de las más brutales de todo el mundo.
Por el lado ecuatoriano, las cosas no son muy distintas. El Gobierno conservador del presidente Sixto Dúran Ballén, se preparaba a emprender una serie de reformas económicas y de reestructuración del Estado, que iban a afectar a la cúpula militar ecuatoriana. En este país, las Fuerza Armadas tienen una privilegiada participación en el poder. Cuentan y manejan sin control civil un 30% del canon petrolero, establecido en 1970 durante la dictadura de Velasco Ibarra. Conducen directamente más de treinta corporaciones, de las 167 empresas publicas que maneja el estado. Los negocios de los militares van desde la industria de la construcción, langostineras, mineras, transporte aéreo, banca hasta empresas de turismo. Para sanear la economía ecuatoriana, Dúran Ballén presentó una serie de proyectos de privatización que fueron detenidos en el Parlamento por las presiones del sector militar con los grupos de oposición. El propio Banco Mundial señala en un informe sobre la economía de Ecuador, que no es posible hablar de una contabilidad seria donde no figuran los ingresos militares. La participación militar en el sector minero es fundamental a través del consorcio IDIME, un monopolio dedicado a la explotación del oro, que ha adquirido miles de hectáreas en las proximidades del área de conflicto. Oficialmente el sector de defensa recibirá $294 millones de dólares durante 1995, pero esta cifra no contempla para nada los ingresos de las empresas bajo control castrense, ni el canon petrolero. Esto convierte a las FFAA en uno de los grupos económicos más fuertes del país y en un pequeño estado dentro de otro. Por su parte Dúran Ballén estaba atravesando por uno de sus momentos políticos más difíciles. La empresa CEDATOS - la más importante compañía de estudios de opinión en Ecuador- realizó una encuesta en diciembre del año pasado donde un 60% de los entrevistados desaprobaba la gestión del presidente. Esta desaprobación no solo era resultado de la dura política aplicada por el gobierno, sino además por los casos de corrupción que llegaron a involucrar al entorno del gobernante. La guerra cambió esta situación, según un reciente estudio publicado de la misma empresa CEDATOS, el presidente Duran Ballén recibe un 93% de respaldo por la forma en que conduce esta guerra no declarada.
Se dice también que un posible motivo de este conflicto podría ser la existencia de petróleo, oro e inclusive uranio en la zona. Hace algunas décadas podría haberse sospechado de las empresas norteamericanas o europeas que tantas guerras provocaron y financiaron, para quedarse con los recursos de los países pobres. Pero con las actuales políticas neo-liberales, las fronteras nacionales se vuelven, para las transnacionales solo anecdóticas referencias en un continente donde todo esta a la venta y en oferta.
JUEGOS DE GUERRA
En el terreno militar también se dan cosas extrañas. El presidente Fujimori señala que el agresor es Ecuador, pero una pregunta que surge es por qué un país en notoria inferioridad militar como éste, atacaría a su vecino del sur. Tal vez la explicación está en la larga preparación política e ideológica de políticos y militares ecuatorianos, para recuperar su “territorio” en la Amazonia, cuestionando el Tratado de Río de Janeiro, y manteniendo un permanente clima nacionalista contra Perú. Sus vecinos del sur, tienen razón de que es, por decir lo menos, poco amistoso publicar y distribuir mapas oficiales donde ciudades peruanas como Iquitos y Yurimaguas figuran como ecuatorianas. Según la última edición de Military Balance del Instituto de Estudios Estratégicos de Londres, la superioridad peruana, es en todas las armas. Se señala el desarrollo que ha tenido la aviación de los dos países. Perú cuenta con 96 aviones de combate y 15 helicópteros artillados. Por su parte Ecuador cuenta con 83 aviones de combate, entre ellos 9 Kfir de fabricación israelí, 8 cazas Jaguar franco-britanicos, y 13 Mirage 2000. En tropas de infantería, Perú cuenta con 115 mil soldados frente a los 58 mil de Ecuador. Pero no solo son determinantes la cantidades, pues Perú cuenta con un ejercito victorioso que viene de una larga guerra interna contra Sendero Luminoso. Miles de soldados especializados en condiciones sumamente duras, para la guerra de guerrillas en la selva. El gobierno ha movilizado a unos 10 mil efectivos y tropas de elite que se encontraban en las zonas de emergencia. Ecuador por su lado ha mejorado su preparación militar desde 1981, cuando también se produjo otro conflicto fronterizo donde fueron derrotados. Se han dotado de defensas antiaéreas para nivelar la superioridad de la aviación peruana y de modernos sistemas de comunicación y localización del “enemigo”. Tienen la ventaja de haber desarrollado una coherente política de fronteras, poblando los limites con Perú, y construyendo vías de comunicación que le permiten llegar y abastecer rápidamente sus posiciones. Estos cambios hicieron que los militares peruanos modificaran sus tácticas militares, y pasaran a un enfrentamiento cuerpo a cuerpo que ha resultado en una victoria más difícil de conseguir.
Un dato importante es la existencia en ambos países de grupos de militares ultranacionalistas. En diversas reuniones, estos militares han denunciado que los EE.UU., pretende destruir las soberanías de sus países, desarticulando y desarmando a los ejércitos nacionales. Según la revista IER, terminado el peligro comunista, Washington los pretende reducir al papel de policías nacionales. En los textos del IER que han publicado, sus referencias van desde los carapintadas argentinos, los sanguinarios militares haitianos, hasta el nacionalista coronel Hugo Chavez de Venezuela. Esta guerra les permitirá presionar para retomar un camino armamentista, y responder a quienes plantean reorientar los gastos destinados a las fuerzas armadas, hacia planes de desarrollo.
Los costos de la guerra son a todo nivel. Por el lado comercial, Ecuador exportaba a Perú 150 millones de dólares, mientras que éste, solo le vendía a su país vecino 60 millones, con una balanza comercial beneficiosas en 90 millones en 1994 para Ecuador. Fujimori ha señalado que sólo han gastado 10 millones de dólares en el conflicto, pero según cálculos independientes realizados por el decano del colegio de economistas Jorge González Izquierdo, la guerra le habría costado al Perú, alrededor de 400 millones de dólares. Esta cifra incluye la reposición del equipo perdido, de los aviones y helicópteros caídos y de los gastos de transporte, alimentación y abastecimiento de las tropas. El gobierno peruano había establecido una reserva de uso para 1995 de 700 millones de dólares, que le permitió afrontar el conflicto sin alterar su programa económico, ni establecer medidas extraordinarias. Para Ecuador, la realidad es dramáticamente distinta. El gobierno ha debido implantar un impuesto de guerra y serias restricciones energéticas. Sus reservas internacionales han disminuido en 100 millones de dólares en los primeros quince días de guerra y las bolsas de valores de Quito y Guayaquil experimentan una brutal caída en su índice de operaciones. Aún después del cese temporal de hostilidades, se siguen produciendo importantes retiros de depósitos en los bancos, para la compra de dólares. Es posible que puede haber cierta dosis de campaña psicológica para cohesionar el frente interno, como el cierre de las discotecas y otros lugares de diversión, pero no se puede dejar de reconocer la debilidad de la economía ecuatoriana.
En cuanto a perdidas de vidas, los datos extraoficiales parecen confirmar que han muerto hasta el momento aproximadamente 100 jóvenes de ambos bandos. El gobierno peruano insiste en que solo ha sufrido 38 bajas, pero pilotos llegados de la zona de guerra dicen haber visto decenas de cadáveres regados en la selva. Como es costumbre se alteran y ocultan el número de víctimas que provienen de los grupos más pobres y marginales de estos países. Los civiles también perecen por la colocación de minas terrestres antipersonales en las zonas fronterizas por parte de los militares ecuatorianos. Decenas de personas son detenidas, en especial en Ecuador acusados de ser espías.
EL RESULTADO
Todos los malos ganan. En Ecuador, los militares han cumplido sus objetivos. Su poder no será tocado, y todo intento de reducir su control será visto como una falta de patriotismo. Mantendrán el canon petrolero por 15 años más, conservaran sus empresas y reforzaran su presencia en el gobierno. Duran Ballén no podrá aplicar su programa de reformas y deberá contentarse con un acuerdo con los militares que le permita terminar su mandato. En Perú, los militares han sido aplaudidos por todos como los grandes defensores de la patria y Fujimori seguramente ganará las elecciones en la primera vuelta. Según un sondeo efectuado tras el alto el fuego, el candidato-presidente cuenta con el 71% del respaldo ciudadano. Atrás quedaron las denuncias contra los militares de haber llevado a cabo una guerra sucia para exterminar a Sendero luminoso. Seguirán presas las más de 300 personas, según Amnistía Internacional, injustamente acusadas de ser terroristas, condenadas a 25 años y cadena perpetua. Las imputaciones de las relaciones entre los militares y el narcotrafico persistirán, pero no podrán romper el secreto castrense. El ex-secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuellar, principal candidato de la oposición difícilmente podrá remontar la desventaja de enfrentarse a un presidente “victorioso” que dispone de todos los recursos del estado para hacer campaña y reelegirse.
En Ecuador los militares y los políticos nacionalistas tienen los recursos para continuar por años con su predica antiperuana y chauvinista. Los peruanos tienen más suerte, porque ni el actual presidente ni los mandos militares han incentivado un ánimo belicista y han actuado con bastante calma. Exceptuando por algún folklórico personaje o un diario sensacionalista, el clima ha sido pacifico, considerando la virtual guerra que enfrentaban. Con el alto al fuego declarado este 14 de febrero, todos dicen quedan satisfechos. Los peruanos dicen haber desalojado a los ecuatorianos, mientras estos dicen que se mantienen en sus puestos. Fujmori no ha podido mostrar la Tiwinsa recuperada, y los ecuatorianos llevaron a la prensa extranjera al otro Tiwinsa que un corresponsal describio como “un bohio con tres palos”. Así es de increíble esta guerra, todos dicen ganar, mientras tanto las madres y esposas de los jóvenes soldados muertos seguirán llorando a sus víctimas. Preguntar quien empezó la guerra, es como buscar al culpable de un amor ilícito. Los dos pecaron. Los verdaderos verdugos celebrarán sus triunfos políticos y sus negocios, encubiertos por democracias donde el poder militar ya no necesita de hombres de verde para gobernar con tranquilidad.
Lo que la guerra del Cenepa le costó a Ecuador
Altos fueron los costos que generó la guerra del Cenepa, entre enero y marzo de 1995, además de las víctimas directas. Se considera la movilización militar y la posterior presencia de los miembros de la Misión de Observadores Militares Ecuador-Perú (Momep). El factor positivo fue la unidad de todos los sectores y el gobierno presidido por el entonces presidente Sixto Durán-Ballén, quien inmortalizó la frase: “Ecuador, ni un paso atrás”.
VÍCTIMAS
El Comando Conjunto reconoció 34 víctimas. Su memoria se inmortalizó en monumentos, bustos y nombres de escuelas y colegios, en los lugares donde eran oriundos. Héctor Pilco Chango fue el primer soldado en ser llevado de la zona de combates a Quito. Murió el 27 de enero. El primer fallecido es Vicente Rosero, quien cayó el 26 de enero y su cuerpo fue recuperado dos meses y medio después.
El Comando Conjunto reconoció 34 víctimas. Su memoria se inmortalizó en monumentos, bustos y nombres de escuelas y colegios, en los lugares donde eran oriundos. Héctor Pilco Chango fue el primer soldado en ser llevado de la zona de combates a Quito. Murió el 27 de enero. El primer fallecido es Vicente Rosero, quien cayó el 26 de enero y su cuerpo fue recuperado dos meses y medio después.
HERIDOS
En un inicio Ecuador reconoció 89 heridos en combate. Ahora, la Asociación de ex Combatientes del Cenepa registra 131 afectados, 44 soldados perdieron total o parcialmente sus piernas; 2 con mutilaciones en sus brazos; 7 tienen problemas auditivos y 78 sufren de psicosis de guerra y esquizofrenia.
En un inicio Ecuador reconoció 89 heridos en combate. Ahora, la Asociación de ex Combatientes del Cenepa registra 131 afectados, 44 soldados perdieron total o parcialmente sus piernas; 2 con mutilaciones en sus brazos; 7 tienen problemas auditivos y 78 sufren de psicosis de guerra y esquizofrenia.
EGRESOS
Cálculos de analistas económicos de la época refieren que la guerra le significó a Ecuador un egreso de 250 millones de dólares. Adicionalmente, la presencia de la Momep le significó al inicio un gasto de 3 millones de dólares diarios.
Cálculos de analistas económicos de la época refieren que la guerra le significó a Ecuador un egreso de 250 millones de dólares. Adicionalmente, la presencia de la Momep le significó al inicio un gasto de 3 millones de dólares diarios.
AVERÍA DE AVIÓN
Ecuador sufrió la avería de un avión A-37 en combate, que fue reparado y reincorporado luego a su flota. Adicionalmente un T-33 sufrió un accidente en Manta.
Se consideró mínima la pérdida si se compara con el Perú, que perdió cuatro helicópteros y tres aviones Sukoi.
Ecuador sufrió la avería de un avión A-37 en combate, que fue reparado y reincorporado luego a su flota. Adicionalmente un T-33 sufrió un accidente en Manta.
Se consideró mínima la pérdida si se compara con el Perú, que perdió cuatro helicópteros y tres aviones Sukoi.
PUEBLOS FRONTERIZOS
Una Comisión de las Naciones Unidas, que visitó Ecuador desde el 24 de febrero de 1995, determinó que los principales afectados fueron los habitantes de la zona fronteriza.
EN LOJA
Unas 5.000 personas abandonaron sus casas sin llevar nada, en los cantones Macará y Zapotillo.
Una Comisión de las Naciones Unidas, que visitó Ecuador desde el 24 de febrero de 1995, determinó que los principales afectados fueron los habitantes de la zona fronteriza.
EN LOJA
Unas 5.000 personas abandonaron sus casas sin llevar nada, en los cantones Macará y Zapotillo.
EN ZAMORA Y MORONA
Unas 500 familias salieron de sus casas en la cordillera del Cóndor, en Zamora Chinchipe. Un número similar evacuaron en Morona Santiago, donde además indígenas de 40 comunidades ingresaron al Ejército como personal de apoyo.
Unas 500 familias salieron de sus casas en la cordillera del Cóndor, en Zamora Chinchipe. Un número similar evacuaron en Morona Santiago, donde además indígenas de 40 comunidades ingresaron al Ejército como personal de apoyo.
EN EL ORO
Unas 20 mil personas evacuaron Huaquillas y otros poblados.
PÉRDIDA DE INGRESOS
En Loja, 20 mil personas perdieron sus fuentes de ingreso durante más de dos meses; en Zamora Chinchipe, 3.000; en Morona Santiago, 5.000, y en El Oro, 22.000 personas.
Unas 20 mil personas evacuaron Huaquillas y otros poblados.
PÉRDIDA DE INGRESOS
En Loja, 20 mil personas perdieron sus fuentes de ingreso durante más de dos meses; en Zamora Chinchipe, 3.000; en Morona Santiago, 5.000, y en El Oro, 22.000 personas.
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