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lunes, 26 de septiembre de 2011

LA SELVA DE LOS INDIOS

La guerra del Alto Cenepa, en las cinco semanas de duración, se
mantuvo focalizada en una extensión de alrededor de 200
kilómetros cuadrados de selva amazónica. Allí habitan, del lado
ecuatoriano, comunidades Shuar, Achuar, Sionas-Secoyas, Cofanes,
Shiwiar, Huaoranis y Quichuas y, del lado peruano, Aguarunas,
Guambizos y Orejones.

Según el testimonio de la Asociación Latinoamericana de Derechos
Humanos (ALDHU), 11 de las 39 comunidades Shuar-Achuar de las
provincias de Morona Santiago y Pastaza, 21 de las 200
comunidades Shuar-Achuar de la provincia de Zamora Chinchipe,
200 familias Quichuas de la provincia de Pastaza y 600 del
Napo, con unos 8 mil de sus integrantes, resultaron
directamente afectados por los bombardeos.

Próximos a los puestos ecuatorianos de Soldado Monge, Teniente
Ortiz, Etsa, Tiwintza y Coangos se hallan las localidades
indígenas de Kapunka, Katsunas, Peñas, Japekat, Chichis, Tsapa,
Tsuius y Mayalikus. Los pobladores tuvieron que ser evacuados
hacia las riberas del norte del río Santiago."Unos 20 mil
indígenas amazónicos del lado ecuatoriano han sufrido los efectos
de la guerra; muchos de ellos han debido abandonar sus sembrados
y cosechas, internándose en la selva para resguardarse de los
bombardeos", informó la ALDHU desde Montevideo el 27 de
febrero de 1995, cuando todavía no habían cesado las
hostilidades.

Y el mismo informe da cuenta de que, del lado del
Perú, las comunidades de Orejones, Guambizos y Aguarunas,
también fueron perjudicados. "Muchos de ellos fueron
reclutados para tareas de limpieza de campos minados o
protección de las ofensivas peruanas. Muchos de ellos han
muertos en estas operaciones y sus cadáveres inidentificados
han quedado abandonados en la selva", denunció la ALDHU en esa
misma fecha.

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